Corrupción y pobreza, retratos de una sociedad en crisis
Fotograma del documental 'Corrupción, el organismo nocivo'.
19 de marzo de 2015
13:12
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BARCELONA // La soledad de los interventores municipales, dependientes del mismo órgano al que deben de controlar y acosados cuando tratan de levantar las alfombras, la escasa visibilidad en los medios de las personas que se atreven a denunciar la corrupción, los fallidos mecanismos de control de la financiación de los partidos políticos, el saco sin fondo de los contratos municipales del agua y la recogida de basuras, el fraude gigantesco en los cursos de formación para parados. Estos son algunas de las causas que explican la corrupción instalada en nuestro país y que aborda el documentalCorrupción, el organismo nocivo, que a partir de este viernes se proyecta en los cines Girona de Barcelona.
Su visionado resulta por momentos deprimente. El espectador transita entre la indignación que produce constatar la existencia de los múltiples mecanismos que favorecen la perversión en el sistema público, y la incipiente esperanza que representan sus protagonistas: ciudadanos que desde diversos ámbitos de la Administración decidieron no mirar hacia otro lado y asumir en carne propia el enorme desgaste que implica enfrentarse a las esferas de poder.
La exconcejal del distrito barcelonés de Ciutat Vella Itziar González, que desde el Ayuntamiento plantó cara a los lobbies del sector turístico e inmobiliario de la ciudad; el exdirector gerente de planificación Albert Gadea y la interventora Maite Carol, que desde sus puestos en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) advirtieron los indicios de los que acabó por estallar en el Caso Pretoria; el interventor de varios ayuntamientos Fernando Urruticoechea, cuyas investigaciones han derivado en procedimientos judiciales, y el inspector de cursos de formación Carlos Martínez son algunos de los protagonistas de la cinta que por el momento tiene previstas seis sesiones en los cines Girona.
Sin hogar
Y si la corrupción es el cáncer de nuestra sociedad, como sostiene el documental dirigido por Albert Sanfeliu, la pobreza es una de sus peores consecuencias. Precisamente estas salas acogieron este miércoles la proyección de Mirades: Retrats Sense Sostre (Retratos sin techo), un documental de presupuesto cero que aborda la problemática de las personas sin hogar desde una perspectiva artística.
Se trata de un trabajo en el que las personas sin techo son protagonistas a la vez que realizadoras de la cinta. Y es que han sido personas sin hogar, dinamizadas por la asociación Càmeres i Acció (Cámaras y Acción) las que han grabado las imágenes y se han encargado de la producción del documental. “En noviembre de 2013 nos contactó Albert Soler para proponernos la idea. Nosotros habitualmente formamos a distintos colectivos en el uso de cámaras, y fuimos a un centro residencial de inserción para personas sin hogar y montamos un equipo de cinco personas”, explica David Lotine, miembro de Càmeres i Acció. “La parte más positiva del proyecto fue la relación que se estableció con ellos, les motivaba mucho, lo cogieron muy rápido y para ellos suponía también salir de la monotonía de la vida en el centro”, relata.
Tras dos semanas de formación, comenzaron la realización del documental, en el que distintas personas sin hogar explican su experiencia a varios artistas, que plasman su historia en una obra de arte, que recoge desde un punto de vista positivo a la dureza inherente a esta realidad. “Tradicionalmente se retrataba a la nobleza, a personajes con notoriedad, y el objetivo de este proyecto era retratar a las personas invisibles”, señala Lotine.
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